Diariamente
los seres humanos estamos expuestos a una gran cantidad de químicos nocivos
para nuestra salud, bien sea por desconocimientos o porque no hemos buscado
alternativas más viables para nuestro bienestar y el del medio
ambiente. Con el crecimiento de la industria durante el último
siglo, los productos químicos se han vuelto parte de nuestra vida
cotidiana, y se han comenzado a utilizar sin comprender el daño que éstos
podrían causar. A continuación una lista de ellos:
Suavizantes, desinfectantes y esencias: Un
estudio publicado recientemente en Enviromental Impact Assessment Review,
afirma que nuestros aliados para mantener lejos el polvo y la mugre contienen
sustancias reconocidas como cancerígenas. En un primer nivel causan irritación,
dolor de cabeza y náuseas.
Productos para desagüe y baños: Los
productos para limpiar los desagües, hornos e inodoros pueden causar quemaduras
en la piel; la mezcla de amoniaco (que es lo que se utiliza para los primeros)
y el blanqueador para los baños contienen cloro, y ambas sustancias en
combinación pueden crear un gas mortal. Para evitar usar dichos productos se
puede echar agua hirviendo semanalmente por los tubos. Los inodoros y hornos se
pueden limpiar con sal o bicarbonato de soda y agua.
Recipientes de unicel o poliestireno
expandido: Esos en donde se ponen bebidas, helados, sopas,
donde calentamos la comida que nos sobró de una visita a un restaurante, o
donde alguien amablemente nos la coloca para que no se enfríe, están hechos de
polystyrene. El styrene puede ser responsable de daños al sistema nervioso
central así como de depresión y fatiga.
Impresoras láser, en la casa y la oficina: Estas
aparentemente inofensivas máquinas liberan emisiones de ozono que pueden
relacionarse con enfermedades del corazón y los pulmones.
Insecticidas, herbicidas, fungicidas y
pesticidas: Regularmente tienen combinaciones de sustancias que
están dirigidas a matar bichos o animales, pero al ser absorbidas por el hombre
pueden causar dolores de cabeza, náusea, cansancio y hasta tensión. En su lugar
se puede usar un jabón insecticida y citronela (planta para repeler insectos).
Limpiadores de ventanas con amoníaco, cloro o
blanqueador: Según investigaciones del American Journal Of
Respiratory and Critical Care Medicine estos productos de limpieza, en especial
los que se usan en spray y son muy coloridos, causan riesgo de asma y algunas
enfermedades respiratorias, sobre todo en los pequeños.
Biberones hechos de policarbonato: La
mayoría están elaborados con este plástico, que al calentarse (en horno de microondas)
desprende bisphenol-a y BPA, que son causantes de falta de desarrollo
neurológico en niños. En animales, estas sustancias producen algunas
anormalidades como infertilidad y problemas de obesidad.
Productos para la secadora: Utilizan
etanol, cloroformo y benzyl acetato, y todos han sido relacionados con el
cáncer de páncreas y problemas respiratorios.
Aunado
a todas estas sustancias nocivas, está el hecho de que en pocas casas o
departamentos existe una ventilación adecuada. Cuando el aire no circula, todas
estas sustancias conviven, se quedan encerradas en nuestros hogares, y las
respiramos sin darnos cuenta del daño que nos pueden provocar. Una alternativa
muy eficiente a parte de evitarlas, es colocar plantas purificadoras del aire,
de esta manera estaremos un poco más seguros.
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